Galbatorix

Guía de Personajes principales de las aventuras de Eragon y El Legado: Galbatorix

Galbatorix, el malo de la saga de El Legado y enemigo de Eragon

Galbatorix es el malvado. Es el malo malísimo de los libros un personaje detestable, cruel, malvado, y además con la extraordinaria fuerza de un jinete, Galbatorix, fue el que convenció a los apostatas para que lucharan a su favor derrocando al anterior imperio.

Galbatorix tiene una gran destreza en la espada y la guerra, y por descontado en la magia, ya que fue enseñado por los propios Jinetes de Dragón cuando era un niño. Cada vez que aniquilaba a un jinete se hacía mas poderoso, así hasta acabar con todos…

galbatorix eragonUn poco sobre su vida anterior.

Aunque ningún enemigo podía destruir a los Jinetes de Dragón, no consiguieron protegerse de sus propios defectos. Y sucedió que, en el apogeo de su poder, un niño llamado Galbatorix nació en la provincia de Inzilbêth, que ya no existe. A la edad de diez años lo sometieron a una serie de pruebas, como se acostumbraba; y viendo que albergaba un gran poder, las jinetes lo aceptaron como uno de los suyos.

Galbatorix paso por un periodo de aprendizaje y supero a los demás en destreza. Dotado de una mente aguda y de un cuerpo vigoroso, rápidamente ocupo un lugar entre las filas de los jinetes, pero algunos vieron en el súbdito ascenso de galbatorix un signo de peligro, del cual advirtieron a los otros.

No obstante, el poder había vuelto arrogantes a los jinetes y no hicieron caso del aviso, día en que comenzó la desdicha. Así pues, nada mas terminar su aprendizaje, Galbatorix emprendió un temerario viaje con dos amigos. Volaron noche y día hacia el norte y entraron en el territorio que aun les quedaba a los urgalos, pensando tontamente que sus nuevos poderes los protegerían. Allí, sobre una gruesa capa de hielo, que no se derretía ni siquiera en verano, sufrieron una emboscada mientras dormían. Aunque los amigos de galbatorix y sus dragones fueron asesinados, y él mismo sufrió graves heridas, consiguió dar muerte a sus atacantes. Durante la lucha, una flecha perdida atravesó el corazón de sus dragón, y como Galbatorix no poseía conocimientos para curarlo, el animal murió entre los brazos de su amo. De ese modo se sembraron las semillas de la locura de Galbatorix.

Solo, despojado de buena parte de la fuerza y medio loco por la pérdida, galbatorix vagabundeo sin esperanza por los desolados parajes en busca de la muerte, pero esta no hizo acto de presencia, a pesar de que él se lanzó sin miedo contra cualquier ser vivo. Muy pronto los urgalos y los otros monstruos comenzaron a huir de esa angustiada presencia. Entonces Galbatorix empezó a imaginar que tal vez los jinetes le darían otro dragón, e impulsado por la idea, emprendió un arduo viaje a pie, de regreso a las Vertebradas, aunque tardó meses en atravesar el territorio sobre el que había volado sin esfuerzos montado en su dragón. Galbatorix sabia cazar utilizando la magia, pero con frecuencia caminaba por lugares por los que no había animales. De modo que, cuando consiguió salir de las montañas, estaba a las puertas de la muerte. Un campesino lo encontró desmayado con el lodo y llamo a los Jinetes.

Lo llevaron inconsciente a sus tierras donde sanó físicamente, y al despertar, después de haber dormido durante cuatro días, no dio muestras de tener la mente trastocada. Cuando lo llevaron ante el consejo convocado para juzgarlo, Galbatorix exigió un nuevo dragón. La apremiante petición uso de manifiesto su demencia y el consejo vio con claridad en que estado se hallaba. Rechazaba su exigencia, Galbatorix, a través del espejo deformante de su locura, creyó que la muerte del dragón era culpa de los jinetes. Caviló sobre esta idea noche tras noche y trazó un plan para ejecutar su venganza.

Un jinete se compadeció de él, y las insidiosas palabras de Galbatorix echaron raíces. Valiéndose de la insistencia y del uso de tenebrosos secretos que había aprendido de un Sombra, enardeció al Jinete contra los ancianos del consejo, y junto tendieron una trampa traicionero a uno de ellos y lo asesinaron. Cometida la repugnante fechoría, Galbatorix se volvió contra su aliado y lo mató de improviso. Poco después los Jinetes lo hallaron con las manos manchadas de sangre, pero él, dando un alarido, huyó y desapareció en la oscuridad. Sin embargo, como la locura había aguzado su sagacidad, no pudieron encontrarlo.

Estuvo escondido durante años en parajes desolados como un animal acosado, siempre en guardia contra sus perseguidores. Su atrocidad no se olvidó, pero con el correr de los años cesaron de buscarlo. En una ocasión la mala suerte quiso que se topara con el joven Jinete, Morzan, fuerte de cuerpo pero débil de mente, a quien Galbatorix convenció para que dejara abierta una puerta de la ciudadela Ilirea, que hoy en día se lama Urû’baen, por la que entró y robó un dragón recién nacido.

Se ocultó con su nuevo discípulo en un lugar maligno donde los jinetes no se aventuraban a entrar. Allí Morzan fue aleccionado en un tenebroso aprendizaje y se instruyó en secretos y magia prohibida que nunca debieron revelarse. Una vez terminada su instrucción, y cuando el dragón negro de Galbatorix, Shruikan, hubo alcanzado la madurez, el demente se presentó ante le mundo llevando a Morzan a su lado. Juntos combatieron a todos los Jinetes con los que topaban, y cada nuevo asesinato, aumentaban la fuerza de ambos. Otros doce Jinetes se unieron a Galbatorix con deseos de poder y de venganza a causa de supuestas injusticias. Esos doce hombres, junto con Morzan, se convirtieron en los Trece Apóstatas. Los jinetes no estaban preparados y cayeron ante el violento ataque. Los elfos también lucharon encarnizadamente contra Galbatorix, pero fueron derrotados y obligados a huir a sus escondites, de los que no regresaron jamás.

Solo Vrael, jefe de los jinetes, consiguió resistir a Galbatorix y a los Apóstatas. Anciano y sabio, luchó para salvar todo lo que pudiera y evitó que el resto de dragones cayeran en manos de sus enemigos. En la última batalla ante la puerta de Dorú Areaba, Vrael derrotó a Galbatorix, pero vaciló en el asalto final. Galbatorix aprovechó la oportunidad y lo embistió por un costado. Vrael, gravemente herido, huyó al monte Utgard para recobrar fuerzas, pero le fue imposible por que Galbatorix lo halló. Mientras peleaban, Glabatorix le dio una patada en la entrepierna, y gracias a ese golpe sucio, logró dominar a Vrael ,y cortarle violentamente la cabeza con la espada.

Con semejante poder corriendo por sus venas, Galbatorix se consagró a sí mismo rey de toda la Alagaësía. Y desde entonces gobierna él. Mas adelante sabemos de él que intento que Murtagh (hijo del apostata Morzan) se convirtiera en su brazo derecho y continuase su legado, este horrorizado por la crueldad del rey escapó cosa que irritó mucho al Rey, en ese momento fue cuando decidió ir en busca del nuevo Jinete que había aparecido (Eragon), y enviaron a los Ra’zac a por él.

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